"Go Johnny, go!" (Paul Landres, 1959)


Excepcional e irrepetible documento del primer rock and roll, se trata de, posiblemente, la última de las grandes películas promocionales del género antes de que este se ablandara, decayendo en una espiral que terminaría en el pop y otros géneros de los años 60. Sin embargo aqui, cual canto del cisne, está en su mejor momento y podemos ver en esta inolvidable cinta a algunos de los más grandes genios de la música. Están Los Flamingos y Los Cadillacs originales, está Jimmy Cavallo and the House Rockers, están Jo-Ann Campbell, Jackie Wilson, Sandy Stewart, está Eddie Cochran en su última aparición filmada meses antes de fallecer, está la emocionante aparición desde ultratumba de Ritchie Valens, que acababa de morir en el momento de estrenarse el film. Y por supuesto, en el papel de anfitrión tenemos a Chuck Berry, cuya famoso estribillo de la canción "Johnny B. Goode" da título a la película. El argumento realmente es lo de menos, el hecho de que el promotor Alan Freed, interpretándose a si mismo, busque a una nueva estrella para el mundo del rock sirve de excusa para presentarnos a los cantantes y grupos antes citados, con una endeble trama secundaria amorosa y trágica de fondo. Resulta sintomático que, a pesar del elenco de jóvenes y salvajes rockeros que desfilan ante los ojos de Freed, el elegido sea finalmente el guapo y romántico protagonista, el teen-idol Jimmy Clanton (que hace del botones de la sala donde actuan los músicos), augurio de una nueva etapa de rockeros edulcorados que marcaría el final de los años 50, coincidiendo con la muerte o caida en desgracia de los pioneros del rockabilly más frenético.